Los efectos del virus no ha pasado los puertos de nosotros tampoco. Muy pronto los colegios tenían que cerrar sus puertas y no mucho tiempo después seguían las empresas también. Solamente los supermercados, bancos y grifos puedes mantenerse abiertos. Muchas de las familias de Brazos Abiertos han sido severamente golpeados por eso, pues muchas de ellos viven de lo que ganen el mismo día. Gracias a la generosidad de unos padrinos, hemos podido comprar paquetes de víveres para bendecir a las familias. Nos tocó el corazón ver la gratitud de un niño cuando descubrió que hubo un tomate en su paquete. Nosotros continuamos a servir, a pesar de las circunstancias. Pueden orar con nosotros para las familias?